17 DE OCTUBRE DE 1945 – DIA DE LA LEALTAD
Frente a mis ojos desfilaban rostros atezados, brazos membrudos, torsos fornidos, con las greñas al aire y las vestiduras escasas cubiertas de pringues, de restos de brea, de grasa, de aceite. Llegaban cantando y vociferando, unidos en la impetración de un solo nombre: Perón. Un pujante palpitar sacudía la entraña de la ciudad Era el